Brindemos en honor a las sillas vacías. La vida cambia
Las tradiciones cambian y se adaptan
constantemente a través de la muerte y el nacimiento. A partir de la
muerte de un ser querido, en nuestras vidas se producen cambios irreversibles. Pero al igual que se van, permanecen personas especiales y puede
que lleguen más, es el ciclo de la vida. Aunque en estas fechas marcan más las
sillas vacías que, aunque no están ocupadas físicamente, nos acompañan, pero
en estos días festivos es más tangible, transportando ese dolor
al momento presente. No podemos ignorar las sillas vacías, pero tampoco
podemos ignorar las que están ocupadas, llenas de presencia y amor.
Muchos de nosotros hemos perdido
abuelos, madres y/o padres, puede que hijos, parejas, hermanos y
amigos. Muchos, sobre todo si es reciente, todavía no lo han
aceptado, el asumir que hay un antes y después no es nada fácil, pero
sobre todo cuando se ha pasado por todas las etapas del duelo y se llega
a la aceptación, se puede afirmar que se produce una metamorfosis tan magistral
como el de la mariposa, al igual que ella, antes de su transformación completa,
necesita luchar, enfrentar sus miedos y realizar el proceso por si misma para
que una vez esté preparada y llega el momento, pueda liberarse y transformarse. Los recuerdos de las personas que muere se intensifican en función de
los recuerdos compartidos. Es extremadamente difícil procesar al menos al
principio esta gran perdida.
La fe, el círculo de amigos, familia y/o
terapeuta ayudan, el saber que se está acompañado es el mejor antídoto para
aceptarlo. Comparte, ábrete a ello si tienes la necesidad, no dudes en hablar
de la pérdida, de los buenos recuerdos que tienes. No niegues tus
sentimientos, ábrete a ellos, comparte ese amor, aunque esté ahora acompañado
de ese vació tan doloroso. Puede que sientas que no pueden entender lo que
estás sintiendo, incluso si también los que te acompañan han perdido a
alguien. Cada dolor se siente diferente, así como cada proceso de duelo.
Muchas personas quieren hablar
sobre su ser querido, el que perdieron. Si eres quien acompaña a esa
persona que acaba de perder a este ser querido, ayúdale en este
proceso. Tal vez ya hayas pasado por esto, si ese es el caso, eres la
persona perfecta para ayudarle aquí y ahora.
Por lo tanto, durante estas fechas, no
podemos olvidar hacer un brindis por todo lo que se nos ofrece. Porque
siempre es bueno levantar un vaso y estar agradecido por el hecho de haber
tenido en nuestras vidas a todos estos seres queridos que siempre permanecerán
en nuestros recuerdos y nos han hecho mejores personas y han dado un mayor
significado a nuestras vidas. Es una forma ofrecer
paz a las sillas que están ocupadas y recordar los buenos momentos
en que los que simbolizan los vacíos todavía estaban con nosotros físicamente,
además de los buenos momentos que ahora compartimos con quienes ocupan esas
sillas ocupadas, y abrirnos a la posibilidad de llenar sillas,
convertirlas en ocupadas en un futuro próspero, próximo y lleno de grandes
significados gracias a todas estas sillas.
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