ACT y las cuatro nobles verdades



En la terapia de aceptación y compromiso (ACT) se trabaja una serie de cuestiones primordiales reflejo de la doctrina budista: la omnipresencia del sufrimiento humano, la inherencia del apego en el sufrimiento, la atención plena, las acciones saludables y la identidad o ausencia del yo. En cada caso hay equivalencias destacadas. El principal planteamiento en el desarrollo de ACT ha sido la identificación de procesos conductuales básicos cuyo núcleo se fundamenta en aceptación y tratamientos basados en defusión cognitiva (como nos relacionamos con los pensamientos), estas equivalencias conducen a un razonamiento básico que ofrece una base empírica dentro de la tradición conductual para una condición de conceptos y prácticas budistas.
Las Cuatro Nobles Verdades son el pilar de la filosofía budista, afirma que es lo que posibilita la iluminación del Buda. El principio de todo camino espiritual y de toda búsqueda de la verdad es el correcto entendimiento del sufrimiento. Determina las causas de sufrimiento y da respuestas para terminar con el sufrimiento.
  • La Primera Noble Verdad es que la vida es sufrimiento, dukha, Existen varias formas de sufrimiento que coexisten en nuestras vidas. En primer lugar, están los momentos de dolor, el envejecimiento, las enfermedades y por último está la muerte. Además, existen sufrimientos emocionales o psicológicos como la soledad, la rabia, la frustración, la vergüenza, el miedo, la decepción.
Muchas personas han tachado esta enseñanza como pesimista. No obstante, el budismo estima que es una realidad, no siendo ni pesimista ni optimista.
Reconoce la existencia del dolor, o dukkha.  Todos en algún momento de nuestras vidas sentimos   decepción, insatisfacción o experimentamos alguna pérdida, por mucho que intentemos evitarlo. En resumen, el dolor y el placer forman parte inherente a la vida. Siendo el dolor inevitable e incontrolable, siendo inseparable a nuestra existencia, como la muerte de un ser querido o la enfermedad. “El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional.” Buda
  • La Segunda Noble Verdad afirma que el sufrimiento existe debido a nuestro apego, samudaya (ascensión o ir juntos).
Arbitrariedades, aversiones y una falsa sensación de seguridad. El sufrimiento en este contexto es nuestra respuesta al dolor, que frecuentemente es poco hábil. Nos aferramos a los placeres sensoriales, rituales, opiniones y creencias. Asumiendo que todo es permanente tanto lo nos rodea como lo que somos, en lugar de aceptar que   todo es fluido. “El apego lleva al sufrimiento”. Buda.
  • La Tercera Noble Verdad afirma que podemos extinguir  nuestro sufrimiento a través de la consecución de un estado de paz, el camino hacia la calma, nirodha (cesación)
En el que no haya lugar para las fuerzas de la codicia, rabia, odio e ilusión, siendo las causas que originan el sufrimiento. El secreto de la salud para la mente y el cuerpo no es parar a llorar por el pasado, ni preocuparse por el futuro, sino vivir el momento presente con prudencia y serenidad”. Buda.
  • La Cuarta Noble Verdad afirma que la forma de terminar con nuestro sufrimiento es a través del Noble Óctuple Sendero, el camino del Dharma. La verdad del sendero (magga).
Esto implica vivir nuestra vida con el entendimiento, pensamiento, discurso, acción, esfuerzo, pensamiento, acción y sostenimiento correcto, desde la atención plena y concentración correcta, conduciéndonos a la paz, a través del denominado Camino Medio, encontrándose en el camino opuesto la   autocomplacencia y la abnegación. “El camino no está en el cielo; el Camino se encuentra en el corazón”. Buda.
El entrenamiento es la vía para encontrar el Camino Medio, la meta, las cuatro nobles verdades. Entrenando la mente desde el esfuerzo correcto (Sammā vāyāma).  Desde la consciencia plena del momento (Sammā sati), del cuerpo, de las sensaciones, de los sentimientos y de los estados de la mente, desde la correcta concentración o meditación (Sammā samādhi).
“La meta principal es la autorrealización intima del Ser, no debe descuidarse las metas secundarias, y el mejor servicio que puede hacerse a los demás es la liberación de uno mismo” Buda.



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