El perdón


Perdonar no significa olvidar lo sucedido ni eliminar la responsabilidad, pero si el poder de sanarnos al excluir ese poder a la otra persona y ofrecernos este regalo de liberación.

En primer lugar es necesario tomar conciencia del propio valor de la persona, y tras entender lo ocurrido como ofensa, y reconocer sus necesidades tales como reconocimiento, respeto y sentimientos se obtendrá las herramientas necesarias para la sanación del perdón.

Los pasos básicos para romper con el perdón podría resumirse en los siguientes:
1. Confrontar la ira interior, el odio, el dolor y miedo.
2. Reconocer las emociones y permitirles espacio para reconocerlas y elaborarlas, sin dejar que nos invadan.
3. Optar por el perdón. De forma sincera, sin odio, deseo de venganza, rencor o resentimiento.
4. Buscar y encontrar una nueva forma de sentir y pensar sobre los hechos ocurridos y las personas implicadas. Posicionando a cada uno en el lugar que le corresponde a través del respeto y la humildad el cual nos permitirá llegar al camino para lograr reestablecer la armonía.

El no perdonar significa el cargar con la culpa.

La clave de perdonar está simplemente en buscar la mantención de la convivencia sana, de la valoración que nos damos y damos a los demás como personas y no permitir cargar los sentimientos destructivos.

“Perdón es la fragancia que la violeta suelta, cuando se levanta el zapato que la aplastó” (Mark Twain)

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